La contaminación ambiental en consecuencia directa de la contemporaneidad, el consumismo y las prácticas adquiridas, establecen críticas cotidianas en las que se reconoce un gran riesgo para el planeta. En este reconocimiento, identifico simbologías, adoptando como recursos de estilo y estética, elementos propios de esta problemática enmarcados en procesos científicos y biológicos. La distinción de fenómenos reales y la proyección de posibles situaciones futuras, especulan e intentan desdibujar en mi obra las fronteras de lo ‘’imposible”. Los mismos avances o dispositivos científicos/tecnológicos como pantallas, proyectores y microscopios, que permitieron el concepto actual de “progreso” pero que traían indirectamente alteraciones irremediables al medio ambiente, pueden ser utilizados como parte de la solución, o al menos como posibilidades divulgativas, permitiendo la exposición y visualización detallada de materiales orgánicos, que den cuenta de la situación actual o que de manera proyectiva representen el desequilibrio. A través de instalaciones que incluyen escultura, ensamblaje, video, intervenciones electrónicas, fotografía microscópica y la exploración de materiales orgánicos como minerales, insectos, hongos y plantas, se pretende generar reflexiones y contemplar acciones, de posible relevancia sobre los efectos del concepto actual de desarrollo y progreso.